La araña peluda
La araña peluda se tatuó
una telaraña sobre su lomo,
para llevar siempre el mejor
recuerdo de su viejo hogar.
Pensando en ello hizo el trayecto contra la pared,
desde la cocina a la puerta que da al jardín.
Se detuvo en el cancel.
La luminosidad de la mañana
Le era muy agradable a sus ojos.
Dudó en cruzar.
Cuando finalmente se animó,
la oscura silueta de un zapato
ocultó el sol.
Apuró sus pasos.
Tenía que llegar al jardín.
La sombra ya estaba encima de su hermoso tatuaje,
cuando las gotas de rocío
colgaron de sus finas hebras.
El jardín era el paraíso soñado.
El verde de la hierba era una suave planicie
donde la suave brisa hamacaba
las coloridas dalias de la abuela.-
Daniel Da Rosa Fourcade
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